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Aunque muchas personas no lo tienen demasiado claro todavía, la carne de cerdo es una carne blanca muy saludable. Algunos de sus cortes son equiparables a la carne de pollo o a la de pavo. Así que no hay excusas. Ya puedes empezar a introducir otros tipos de carnes en tu dieta habitual. Recuerda que los expertos recomiendan un consumo de carnes magras, como la del cerdo, de 3 a 4 veces por semana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea han incluido a la carne de cerdo en el grupo de las carnes blancas por sus características de composición y color. De hecho, la diferenciación entre carnes rojas y las carnes blancas se basa, efectivamente, en el color. 

El contenido en hierro de las carnes rojas es superior al de las carnes blancas. Por otro lado, la diferencia nutricional fundamental entre carne roja y la carne blanca está en la cantidad y la calidad de la grasa que contienen, que es mucho menor en las carnes blancas. 

La composición nutricional de la carne de cerdo no es la misma en todos sus cortes. Los más magros, por ejemplo, presentan un aporte calórico muy bajo, unas 104 kcal por cada 100 gramos de lomo de cerdo. Además, se trata de proteínas de un alto valor biológico y un moderado aporte graso. Lo que las hace perfectas para aquellos que llevan una dieta sana y equilibrada. 

Y eso, sin contar que además contiene un buen montón de minerales como zinc, fósforo o potasio. Y también un puñado de vitaminas del grupo B como la B1, B3, B6 y B12. Vamos, que comer carne de cerdo son todo ventajas. 

Fuente. Interporc.

 

Con la llegada de la primavera nos suele resultar más fácil hacer ejercicio. Lo que combinado con una dieta saludable nos proporcionará unos beneficios muy altos tanto físicamente como mentalmente.

Hoy, queremos contarte cómo llevar una dieta sana sin dejar de comer lo que más te gusta, la carne de cerdo. ¿Sabías que hay partes del cerdo que tienen menos grasa que el pollo? Las carnes magras del cerdo, como por ejemplo el lomo, tienen un bajo nivel de grasas y alto de proteínas. Además, otras carnes magras son también el solomillo y la paleta de cerdo.

La combinación en estas carnes magras de bajos niveles de grasas y altos de proteínas, las hacen ideales para una dieta sana y equilibrada. Pero, ¿qué es una dieta sana?

Una dieta sana consiste en combinar todo tipo de comidas para conseguir todos los nutrientes que nuestro organismo necesita, junto con la energía necesaria para pasar el día. Una dieta sana no consiste en perder kilos, aunque es uno de sus efectos, sino en encontrarnos bien tanto por dentro como por fuera.

Una de las propiedades más destacables de la carne de cerdo es su capacidad de saciar debido a su nivel de proteínas. Existen estudios que resaltan que los alimentos saciantes nos ayudan a perder peso porque esta sensación de saciedad nos ayuda a no comer entre horas.

La carne de cerdo tiene un alto contenido en nutrientes esenciales, y es tan rica en proteínas que 100 gramos equivalen a más de la mitad de lo que tu cuerpo necesita al día en proteínas. Además de proteínas y vitaminas, contiene minerales y aminoácidos que son buenos para la salud.

Comer carne de cerdo te ayudará a prevenir lesiones

Comer carne de cerdo a la hora de hacer deporte también tiene sus beneficios ya que la carne de cerdo contiene un alto porcentaje de vitamina B1. Esta vitamina, también conocida como tiamina, resulta esencial a la hora de prevenir lesiones, al regenerar los músculos y los tendones.

Algo a destacar es que hay dietas que se basan en la carne como alimento fundamental en la comida. Eso no quiere decir que las verduras y frutas no sean fundamentales sino que como comentábamos al principio una dieta sana consiste en una dieta equilibrado donde el consumo de todos los alimentos son importantes.

Con la temporada de barbacoas ya instaurada qué mejor que disfrutar de una buena comida veraniega al aire libre. En este post queremos daros unos consejos para que preparéis las mejores barbacoas con carne de cerdo.

La barbacoa es un tipo de cocina que conserva de maravilla los nutrientes de los alimentos, eso sí, dependiendo de la pieza que elijamos y el tiempo de cocción. La grasa infiltrada, propia de los cortes ibéricos, caracteriza la apariencia veteada del magro, así como su sabor, aroma y calidad convirtiendo a piezas como la presa o el secreto en una estupenda opción para las barbacoas.

Cuando este tipo de cortes entran en contacto con el calor de las brasas provoca que la carne se encoja y suelte un poco de líquido. Este, funciona como antiadherente natural y al gotear sobre el carbón y evaporarse impregna la carne de un delicioso sabor.

Además, este tipo de cortes favorecen la caramelización de azúcares y el tostado exterior, lo cual las convierte en una excelente opción para los asados. Sin desmerecer a las costillas o la panceta, algunas de las opciones más populares.

Secreto ibérico a la barbacoa

Este corte resalta por su sencillez, perfecto para una comida de fin de semana con amigos. Para prepararlo necesitamos: 1 pieza de secreto ibérico, sal en escamas, aceite de oliva y pimienta negra.

Con las brasas listas colocamos el filete de secreto ibérico sin sal, ni pimienta. Es importante salpimentar la carne después para que los jugos de la carne no se sequen. Dependiendo del grosor de la carne, cocina cada uno de sus lados unos 5 minutos. Debe estar firme y rosa por dentro.

Cuando la pieza esté lista la sacamos de la parrilla y la colocamos en una tabla para que repose unos minutos. De este modo los jugos de la carne liberados en la cocción se reabsorberán. Una vez lista la cortaremos en corte oblicuos y la salpimentaremos al gusto.

Presa ibérica a la barbacoa

Para preparar este corte a la barbacoa necesitaremos: 1 pieza entera de presa ibérica, sal Maldon y pimienta negra.

En primer lugar, filetearemos la presa en cortes oblicuos y horizontales. Es importante mantener la carne a temperatura ambiente.

Previamente prepararemos las brasas de nuestra barbacoa y situaremos la parrilla a unos 12 cm de las brasas. Colocaremos los filetes de presa, debido a la grasa infiltrada que contiene este corte se asarán muy rápidamente.

Una vez listos, sacamos de la barbacoa y salpimentamos al gusto.

Como ves, preparar una barbacoa con estos cortes es muy sencillo y siempre puedes acompañarlos con unas verduras a la parrilla y preparar una deliciosa salsa estilo chimichurri.

¡Ya estamos listos para ponernos manos a la parilla y preparar las mejores comidas al aire libre! ¿Y tú?

Con las altas temperaturas, lo que más apetece son comidas ligeras, frescas y sobre todo sabrosas. El carpaccio es un plato típico de la gastronomía italiana y muy veraniego. Sorprende a muchos porque la carne se presenta cruda y acompañada de un aliño de aceite y zumo, normalmente de limón. En este post queremos presentaros una receta diferente elaborada con solomillo de cerdo, estupenda para preparar en verano ¿Nos acompañas?

A la hora de preparar esta receta debemos prestar especial atención a las lonchas, para que sean lo más finas posibles y conseguir esa textura tan característica. El secreto para conseguirlas está en la congelación previa de la pieza y aprovechar el momento de descongelación para conseguir ese corte fino tan característico.

CARPACCIO DE SOLOMILLO DE CERDO - GRUPO TELLO ALIMENTACIÓN

CARPACCIO DE SOLOMILLO DE CERDO – GRUPO TELLO ALIMENTACIÓN

Un consejo: si tus cuchillos no son muy buenos puedes poner las lonchas de carne entre dos láminas de papel de hornear untado en aceite y aplastarlas con un rodillo para hacerlas más finas y conseguir esa textura tan característica.

Ten en cuenta que el carpaccio es un plato que se elabora con alimentos crudos, en este caso carne de cerdo, por lo que es de muy importante la calidad de la materia prima y su conservación para garantizar su calidad y frescura.

Carpaccio de solomillo de cerdo con Parmesano

CARPACCIO DE SOLOMILLO DE CERDO - GRUPO TELLO ALIMENTACIÓN

CARPACCIO DE SOLOMILLO DE CERDO – GRUPO TELLO ALIMENTACIÓN

*Receta para 4 personas

Ingredientes:

  • 2 solomillos de cerdo ibérico
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • ½ de vino tinto
  • 100g de queso parmesano
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
  • Rúcula

Preparación:

  1. Maridamos los solomillos con las verduras y el vino
  2. Secamos la carne y la congelamos
  3. Una vez congelado, lo sacamos y cortamos en finas lonchas
  4. Presentamos las lonchas en el plato y lo aderezamos con sal, aceite y pimienta
  5. Añadimos unas lascas de parmesano, rúcula y ¡listo para disfrutar!

¿Te han gustado estas recetas? No lo dudes y ponte manos a la masa. Recuerda que las recetas no son estáticas deja que la imaginación vuele y disfruta de cocina y la comida en la mejor compañía.

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