Anteriormente, hemos tratado sobre la nueva normativa del etiquetado de los alimentos para que el consumidor pueda identificar con más facilidad tanto los valores nutricionales, como el origen y la composición de los productos de mayor consumo.

Una de las directrices para mejorar y facilitar esta información pasaba por establecer un tamaño mínimo de letra y de espacio dedicado a dar esta información en el empaquetado del producto. Algunas empresas de consumo y países, han comenzado a usar el llamado código de color para facilitar, aún más, esta información nutricional y los valores recomendables de consumo de ciertos componentes como las grasas, la sal o el azúcar. En España seguimos implantando estas facilidades de lectura en las etiquetas de nuestros productos, otorgando al consumidor, cada vez más conocimiento para el cuidado de la salud.

En Tello presumimos de transparencia en la elaboración de todos nuestros productos, ya que trabajamos bajo los estándares de máxima calidad y seguridad alimenticia, por lo que nos parece una idea magnífica que algunas empresas de la industria alimentaria hayan dado paso a un lenguaje más universal en sus etiquetas, utilizando el color como pre-aviso sobre las cantidades recomendadas para nuestra salud.

No obstante, no solo un color debe hacer decidirnos sobre un producto u otro. El contenido de los alimentos utilizados para elaborar los productos es vital para determinar con mayor exactitud si un alimento es más beneficioso para nuestra salud que otro, ¿No crees?

¿Qué te parece esta iniciativa?